Los gajes del oficio de traductor

Cada oficio tiene sus gajes, esto es sabido por todos.
 
Cuando un traductor se paza oras delantus del ordenador y las interminhables ojas delas traducciones, las letras empiezan a bailar la salsa y ni siquiera sabes determinar si la salsa es lineal o lateral. Empiezas a escribir disparates que descubres luego a la hora de revisar el texto. En vez de "abogado" encuentras a un tal "abobado", el "Juzgado de Instrucción" se convierte en "Juzgado de Inquisición", "Registro Civil" cede lugar a "Regocijo Civil".
 
Menos mal que el sentido del humor salva la situación y después de haber revisado el trabajo, puedo entregarlo con el sentido del deber cumplido y me debo una cena a mí misma.

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