Vera Inber. Del ciclo "Los niños de Leningrado"


La escritora rusa VERA INBER (1890-1972) vivió y escribió en los tiempos muy duros y difíciles entre la Revolución Rusa, Segunda Guerra Mundial y posguerra, pero me impresiona por la actualidad y frescura de sus relatos.




Dedico esta traducción a mi madre que vivió la guerra, a mi amiga M. cuyo país natal Siria está arrasado por la guerra y a mi amigo L. que luchó en la guerra de Iraq.


Vera Inber. El domingo

El pálido sol otoñal tocaba con suavidad y cariño nuestras mejillas. Sentado en el banco del pequeño parque de la esquina, al lado de un edificio semidestruido, Misha Poliakov me decía:
- Mamá, papá, mi hermano pequeño y yo, vinimos a Leningrado desde una ciudad donde no había Zoo. Allí había cerdos, conejos, caballos y patos. Pero yo por supuesto, tenía muchas ganas de ver a un mamut con colmillos. Y cuando supe que  los mamuts ya no existían y que en el mundo sólo quedaban elefantes, empecé a pensar en cómo poder verlos.
Y de repente vinimos a Leningrado y empezamos a vivir en la calle Animal. Tenía este nombre porque allí cerca, en el Zoo vivían distintos animales: cerdos, conejos, caballos y patos, el cerdo indo- chino, el hipopótamo "Belleza", un camello de dos jorobas. Y lo más importante, la elefante Betty.
Empecé a pedir a mi mamá:"Mamá, vamos a ver a Betty". Pero mamá contestaba:"No te lo has ganado ".
- ¿ Y tú de veras no te lo habías ganado?- le pregunté a Misha.
Misha titubeó pero contestó:
- De veras. Pero fue por culpa de mi hermano pequeño. Mi hermano pequeño había nacido justo en aquel momento. Durante el día él  dormía y por la noche lloraba. Mamá se enfadaba y decía:"¡Si por lo menos ustedes dos se pusieran de acuerdo para dormir y llorar al mismo tiempo, es que así no se puede!" Pero yo no podía llorar por la noche.
- ¿Y tú no podías no llorar durante el día?- le pregunté.
Misha movió la cabeza:
- No, yo era todavía muy pequeño. Pero yo me esforzaba, y mamá empezó a notarlo. Y también papá aunque estaba muy ocupado porque es doctor.
Una vez mamá dijo:" Este domingo todos iremos al Zoo".
Aquel domingo me levanté muy temprano y me arreglé para ir. Sólo estábamos esperando a papá. Y de repente mamá dijo:"No iremos al Zoo. Hoy empezó la guerra y papá ya está en la guerra".
Después los alemanes empezaron a lanzarnos las bombas. Y lo más importante, al Zoo. Muchos animales se asustaron muchísimo y se echaron a correr. Una marta cibelina fue encontrada en la orquesta del teatro de la ópera. El bisonte, pobre, se cayó al hueco de la bomba, tan profundo que lo cubrió por completo, con su crin alta. Y la elefante Betty fue herida tan profundamente y sufrió tanto que tuvieron que dispararle. Ahora ya no sé cuándo tendremos otro elefante.
- ¿Y a tu hermano pequeño también le gustan los animales?
- Él antes ni los conocía. La primavera pasada vio a un gato en la tienda y preguntó:"¿Qué es esto?" No conocía ni un gato ni un perro.
-¿Pero ya los conoce, no?
- Ya tenemos una gata y tres gatitos. Cuando empieza el tiroteo, los metemos en el maletín de papá y nos vamos a la casa de los vecinos, su piso da a la calle donde el tiroteo no llega. Y la gata va sola.
- ¿Y tú sigues llorando durante el día?
- No tengo tiempo, tengo que ayudar a mamá. Ella me dijo:"Crece más rápido, eres mi ayudador". Pero cuando vio que mi abrigo de invierno ya no me cabía, se puso triste y me dijo:"Tú creces tan rápido que no hay quien te alcance". Mire usted misma- una vez tengo que crecer, otra vez no crecer.
- Claro que tienes que crecer,- le aconsejé.- Tu mamá estaba bromeando.
- Yo también así lo creo,- contestó Misha.
- Crece rápido. Eres dichoso: vivirás en un mundo que no conocerá los horrores del fascismo.
Dicho esto recordé que se trataba de un niño, que no iba a entenderme. Pero lo entendió muy bien. Sus grises ojos con chispa se encendieron.
-¡Yo también así lo pienso!- exclamó.- Yo crezco, y mi hermano pequeño también crece. Él ya terminó la guardería y va al infantil. Yo le digo:"Pronto volverá papá. Otra vez será domingo. Todos iremos al Zoo. Y nadie tendrá miedo".
Al ver este cuadro del futuro hecho por el niño, cerré los ojos. Imaginé que el sol invernal había recorrido la tierra en un instante y otra vez estaba mostrando la primavera de la humanidad.

Comentarios

  1. Buenos días. Estaba buscando la traducción de un poema de Vera Ínber. “Прохладнее бы кровь и плавников бы пара…” alguien podría ayudarme por favor??. pleaaseee!

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    1. Hola, Jorge, si quieres puedo hacerte una traducción literal del poema. Ahora mismo no tengo tiempo ni inspiración para una traducción poética.
      Un saludo.

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